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En esta etapa del viaje visitamos el Parque Nacional Nahuel Huapi de 2 formas diferentes. Primero a pie, en la zona cerca de Bariloche. Después en bici, recorreremos el circuito de los 7 Lagos camino de la frontera de Chile, donde empieza el siguiente capítulo.

 

Índice de esta etapa:

8 de Abril: De Villa Catedral al Campamento Rucaco (Perfil)
9 de Abril: Del Campamento Rucaco al Refugio Jakob (Perfil 1ª parte) (Perfil 2ª parte)
10 de Abril: Del Refugio Jakob a Bariloche (Perfil)
11 de Abril: De Bariloche al camping La Estacada (Perfil)
12 de Abril: Del camping La Estacada al Lago Espejo Chico (Perfil)
13 de Abril: Del Lago Espejo Chico a Villa Traful (Perfil)
14 de Abril: De Villa Traful al camping Los Arrayanes (Perfil)
15 de Abril: Del camping Los Arrayanes al Lago Hermoso (Perfil)
16 de Abril: Del Lago Hermoso a San Martín de los Andes (Perfil)

 

8 de Abril de 2011: De Cerro Catedral al campamento Rucaco

Panorama desde el Cerro Catedral

La excursión que vamos a hacer comienza en las pistas de esquí de Cerro Catedral, hasta donde nos desplazamos en bus. Una vez allí, hay dos opciones para empezar la caminata: subir en una de las telecabinas de las pista hasta el refugio Lynch o hacer el macho y subir a pie desde la base (y ahorrarse unos pesos). Nosotros no somos tan machos.

Cresta por la que va el senderoEl sendero que parte del refugio Lynch se encarama a la cresta de la montaña y la sigue hasta que es demasiado abrupta como para no tener que escalar. Entonces faldea por un canchal donde a menudo hay que usar las manos para superar algún paso más complicado. Desde las alturas y bastante por encima de la cota de vegetación, tenemos unas vistas ininterrumpidas. Están dominadas por el Cerro Tronador, que supera en más de 1000 metros cualquiera de sus vecinos y el único que conserva nieve desde el invierno pasado. Abajo en el valle ocupando la parte baja de las faldas vemos el bosque de lengas que empieza a cambiar de color con la llegada del otoño.

Lengas en otoñoEl primer día del circuito normal acaba en el refugio Frey, pero nosotros decidimos saltarnos esa parte y al llegar al desvío para el refugio, seguimos el camino hacia el campamento abajo en el valle. El descenso es una bajada sin piedad por una tartera en la que las marcas sólo se ven en los bloques de granito más grandes. No hay camino oficial, ya que la pendiente y todas las piedras sueltas hacen imposible mantener uno en condiciones. Simplemente cada uno hace su camino en general siguiendo la línea de máxima pendiente. A cada paso que damos, los talones se hunden en la tierra y resbalan un par de palmos abajo acelerando el descenso. Llegados a la línea de bosque, donde el terreno es más sólido, el camino aprovecha el cauce de un torrente seco para abrirse paso hacia la base del valle. Cruzar el bosque es una experiencia encantadora. Cada rincón tiene un color de hojas diferente. Desde el verde que era uniforme hasta hace un par de semanas, hasta el amarillo de las más avanzadas en el proceso de caída, pasando por un rojo intenso y todos los tonos intermedios.

Valle RucacoLlegados al campamento junto al Río Rucaco, plantamos la tienda una hora antes de que se ponga el sol y nos sentamos en un tronco en la pradera fuera de la espesor del bosque a aprovechar los últimos rayos de sol y disfrutar del espectáculo de tonalidades tanto de la vegetación como de las torres puntiagudas arriba en el filo de la cresta que acabamos de bajar.

 

 

 

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9 de Abril de 2011: Del campamento Rucaco al refugio San Martín

Valle Rucaco y Cerro CatedralEl primer tramo del camino desde el campamento hasta el refugio San Martín entra y sale del bosque varias veces, como para darnos la oportunidad de ver los dos paisajes, el bosque de lengas altas todavía verdes y las más bajita en la llanura del río con las hojas ya enrojecidas.

 

 

 

Lenga en OtoñoLa subida hasta el collado de la Brecha Negra sólo tiene un corto trecho de pendiente pronunciada, así que resulta fácil llegar hasta él. La vista desde aquí es la mejor de todo el recorrido. Al fondo del valle al otro lado de la cresta está la Laguna Jakob y el refugio San Martín a su orilla, rodeados de bosques amarillentos y rojizos. Como telón de fondo los picos nevados de la cordillera. Por todo el valle del Río Casa de Piedra se alternas las manchas de diferentes colores de la vegetación.


Igual que ayer, la bajada va a saco por una tartera hasta enlazar con un torrente seco que finalmente se interna en el bosque y discurre por un camino normal. Mientras bajamos podemos gozar desde diferentes ángulos del espectacular encuadre de la laguna y la reflexión de los picos en sus aguas tranquilas. Al llegar al lago nos tomamos unos instantes para absorber la paz y belleza del lugar.

Vista desde la Brecha NegraEl recorrido de hoy ha sido bien corto, así que por la tarde nos acercamos a la Laguna de los Témpanos. Aunque el circo glaciar en la que está encajonada tiene unas paredes imponentes, la orientación del sol por la tarde la deja a la sombra y pierde su atractivo. También nos acercamos a la canal por la que discurre el camino del refugio San Martín al refugio Segre. Tanto en el Club Andino Bariloche como otras personas con las que hemos hablado, hablan de un paso peligrosísimo, en el que hay que escalar y que si te caes ¡chao! La verdad es que desde la entrada de la canal se ve muy accesible con una tirada de unos 50 metros algo expuesta pero con buena roca y buenas presas como para subirla con mochila sin problemas, trepando con manos y pies. Quizás con viento o con la roca mojada ofrece mayor peligro. De todas maneras, preferimos no varias nuestro itinerario y terminar la excursión mañana en lugar de seguir hacia los otros refugios. El motivo principal es que en el San Martín no han enseñado fotos del camino hacia el Segre y como va por las crestas, la vegetación es nula. En cambio, el regreso por el valle en el que estamos hasta la carretera, va por dentro del bosque y nos da la sensación de que será más bonito.

Lago Jakob

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10 de Abril de 2011: Del refugio San Martín a Bariloche

Río Casa de PiedraEl descenso por el valle del Río Casa de Piedra tiene un par de peculiaridades que lo hacen aconsejable. La primera es la existencia de bambú mezclado con las lengas. Nunca hubiéramos pensado que encontraríamos bambú a más de 1000 metros de altitud y en estas latitudes. El sendero alterna tramos entre árboles altos coloreados con los tonos del otoño con secciones en las que a ambos lados tenemos densas paredes de bambú. La otra particularidad de este recorrido sólo ocurre en este preciso periodo del año. Quizás no es nada mágico para otros, pero para nosotros pasear por el bosque mientras llueven hojas doradas sacudidas de sus ramas por las ráfagas de viento es algo inolvidable.

Lenga en OtoñoEl último tramo hasta llegar a la carretera carece de interés especial y es más un trámite. Una vez llegados a la carretera, como ya estamos fuera de temporada turística, los buses que en verano pasan por aquí con frecuencia ya no están operativos. Así que no nos queda otro remedio que andar hasta otra carretera a unos 5 km más transitada por dónde circulan buses regulares durante todo el año. Durante este trayecto hacemos dedo y al cabo de tan sólo 1 km nos recoge una pareja encantadora. Han salido a dar un paseo en coche y van de vuelta a Bariloche, así que estamos de suerte y nos llevan hasta la puerta del hostal donde nos alojamos. Durante el camino charlamos de varios temas y nos dan explicaciones de lugares por los que pasamos. Me llama la atención su punto de vista sobre la reciente crisis mundial. Ellos están tan acostumbrados a las crisis económicas argentinas y a rehacer sus vidas tras ellas, que ésta es simplemente una más, sin la trascendencia que se le da en el resto de los países.

De vuelta en el hostal La Justina, muy recomendable, tanto por la amabilidad de las chicas que lo llevan, como por las comodidades de la zona común, nos dedicamos a preparar el recorrido en bici de los próximos días. La previsión de tiempo es bastante nefasta; Lluvia y frío durante los siguientes 5 o 6 días. ¿Para eso hemos huido del sur chileno?

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11 de Abril de 2011: De Bariloche al camping La Estacada

Cargados con todo el equipaje incluyendo la caja que nos autoenviamos y con los estómagos llenos del copioso desayuno, nos lanzamos al tránsito de Bariloche para salir de la ciudad lo más rápido posible. Al cabo de pocos metros de rodar, Judit nota que la rueda trasera le roza el cuadro. Nos lo miramos un poco y concluimos que hay que llevarla al taller. A la bici, no a Judit, que no tiene remedio. El diagnóstico del competente mecánico en BikeWay es que tiene un radio roto en el lado de los piñones, así que la reparación incluye desmontar el cassette y el disco de freno para instalar el nuevo radio y equilibrar la rueda. Mientras él hace el trabajo, nos vamos a tomar un café y un licuado para completar la dieta antes de ponernos a pedalear de verdad.

Lago Nahuel HuapiCon los problemas mecánicos resueltos no dirigimos hacia la terminal de cargo de la compañía de buses que nos transportará la caja hasta Neuquén. Deshacerme de los 10 kg de caja es un placer, además de poder montar la mochila que llevo a la espalda en el portapaquetes. La salida de Bariloche, como  cualquier ciudad es desagradable, no sólo por el riesgo del tráfico, sino también por los humos que vas respirando. Los argentinos en general no muestran demasiado respeto por los ciclistas y los primeros kilómetros son estresantes. Por suerte pasan rápido, pues Judit va delante y marca un ritmo fuerte para alejarnos de los alrededores inmediatos de manera urgente. Por lo menos ni hace viento ni llueve… Todavía.

Lago Nahuel HuapiAl llegar al extremo Este del lago Nahuel Huapi, tomamos el desvío hacia Villa La Angostura, con lo cual el tránsito se reduce considerablemente. Buena parte de la carretera va pegada al lago y a pesar del día nublado, nos encanta el recorrido. La península del brazo Huemul y la Isla Victoria ofrecen buenas vistas al otro lado del agua. Los kilómetros pasan rápido gracias al buen asfalto y la suavidad de las ondulaciones de la carretera.  En menos de 5 horas nos plantamos en el camping La estacada a orillas del lago. El camping está desolado y nos instalamos en una parcela al lado de una pequeña playa donde, una vez más, perderé una cucharilla mientras pesco. Esto se está convirtiendo en una ruina. A parte del dinero que nos gastamos en comprar más material, cada mañana me cuesta más cargar con la botellita de aceite de oliva por si pesco alguna trucha. Ya hace semanas que la vamos cargando…

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12 de Abril de 2011: Del camping La Estacada al Lago Espejo Chico

Ha estado lloviendo buena parte de la noche y todavía sigue cuando nos despertamos, así que nos damos media vuelta y seguimos durmiendo calentitos en el saco. ¡Qué placer no tener que cumplir con horarios ni calendarios¡ Al cabo de una hora desayunamos y en un momento en que se ve un pedacito de cielo azul, recogemos el campamento a toda velocidad y nos ponemos en marcha. La verdad es que salir de la tienda y empezar a pedalear es el peor momento cuando llueve. Mucho más duro que si empieza a llover cuando ya vas rodando.

El tiempo nos respeta hasta llegar a Villa La Angostura donde nos paramos para comprar víveres para 3 o 4 días y tomarnos un café y un licuado de banana acompañados de algún pastelillo. Villa La Angostura no tiene demasiado interés. Desde varios kilómetros antes hasta varios después, la carretera es una sucesión de anuncios de hoteles, cabañas y restaurantes. Las pistas de esquí de Cerro Bayo y todos los servicios para sus usuarios en invierno nos recuerdan a Andorra en época invernal.

Las últimas vistas del Lago Nahuel Huapi son las mejores. Pequeñas islas de paredes verticales y calitas con la vegetación hasta el borde de la diminuta playa se ven cada vez que la carretera se acerca a su costa. Cruzamos el puente del Río Correntoso, el más corto del mundo según el letrero. Desde el puente, a un lado se ve el Lago Correntoso, dónde nace. Al otro el Nahuel Huapi donde desemboca. En total, menos de 100 metros. Al cabo de unos kilómetros tomamos el desvío que nos llevará por la ruta de los 7 lagos. Primero bordeamos el Lago Espejo pero la lluvia, que ya llevaba tiempo amenazando, ha empezado a caer y no nos deja disfrutar como quisiéramos. Además, el asfalto se ha acabado y nos cuesta más pedalear por la tierra empapada. Aun así, el recorrido es muy bonito y aprovechamos los pocos tramos en que la vegetación deja ver a lo lejos para hacer alguna foto del panorama. Además de los lagos principales, la pista rodea varias lagunas más pequeñas dignas de postal en un día soleado.

Al llegar al Lago Espejo Chico ya hace rato que llueve con insistencia. Durante los últimos kilómetros hemos seguido el juego de ponernos y quitarnos la ropa de lluvia durante varias veces. No entendemos las reglas del juego, pero parece que para que pare de llover tienes que ponerte la chaqueta y pantalones de lluvia, pero sin embargo, si te las quitas empieza a llover de nuevo. Creo que tendremos que buscar algún manual para no quedar empapados cada día. En fin, la diminuta proveeduría del camping del Lago Espejo Chico nos ofrece refugio al final de la jornada. Mientras esperamos en vano que deje de llover para plantar la tienda, nos duchamos, comemos e inspeccionamos el terreno donde acampar. El encargado nos sugiere que la pongamos bajo un techo al lado de parking de coches. Rechazamos la idea en busca de un lugar cerca de la orilla del lago bajo unos árboles que nos protegen por lo menos indirectamente de la lluvia. Mañana nos daremos cuenta de nuestro error.

El encargado me anima una vez más a probar suerte con la caña. Según él, con la lluvia y la crecida de los ríos, las truchas se mueven de un lago al otro, en búsqueda de sus lugares de nacimiento para desovar en las próximas semanas. Además vende la cucharilla especial para la zona. No puedo resistir la tentación y aunque sigue lloviendo monto la caña y me voy para la orilla. Para aumentar mi frustración, me doy cuenta que la cucharilla que perdí ayer, también se llevó un buen pedazo de sedal. ¡Qué cara de tonto se me queda cuando lanzo y sólo quedan unos pocos metros de hilo¡ Estoy mojado, con las manos frías y está oscureciendo, así que cabreado me voy a la tienda con el rabo entre las piernas. Allí está Judit con todo ordenado y preparado para pasar otra noche bajo la lluvia sin que el agua traspase al interior de la tienda. A ver si lo conseguimos porque esta noche va a caer mucha agua.

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13 de Abril de 2011: Del Lago Espejo Chico a Villa Traful

Se ha pasado toda la noche lloviendo y sigue durante toda la mañana. Después de remolonear durante un buen rato en el saco de dormir, al final hay que salir al mundo exterior pues las vejigas tienen un límite de expansión. El panorama no invita lo más mínimo a pedalear, pero tampoco ganamos nada quedándonos aquí. De regreso del lavabo, nos acercamos a la recepción-proveeduría para estar a cubierto fuera de la tienda. Cuando estamos bajo el porche, un tipo encapuchado nos silba desde la puerta de su cabaña haciendo gestos de que no. ¿Qué no qué? Como no entendemos nada intentamos abrir la puerta, pero está cerrada. Entonces dirigimos la mirada hacia el tipo encapuchado y vemos cómo se mete un machete en el bolsillo de la chaqueta y se encamina hacia nosotros. Claramente el machete sobresale más de un palmo del bolsillo, pero él lo camufla con su antebrazo. Se cobija bajo el porche como nosotros y nos informa de que el propietario no volverá hasta la tarde y que por eso la proveeduría está cerrada. Sin perder de vista el machete, le damos conversación y parece que le caemos bien y nos invita a su cabaña. La verdad es que no sabemos si es una buena idea. Quizás pretende descuartizarnos allí. Quizás el propietario también está allí y nunca volverá. Resulta ser el responsable del mantenimiento del camping. Héctor es un tipo desconfiado y con unas ideas un poco estrambóticas así que nos secamos las chaquetas y pantalones de lluvia en su cocina y nos vamos a recoger la tienda para salir de aquí lo antes posible, visto los especímenes que habitan el lugar.

Aunque más o menos ha parado de llover la pista está llena de charcos. Sin embargo, los conductores argentinos no reducen su velocidad respecto a ayer. De hecho, no tienen ningún respeto por nosotros y tenemos que calcular el punto de encuentro para que no haya charcos y evitar las salpicaduras. Ahí sí tenemos una queja muy clara con los conductores argentinos. El truco de bloquear el camino no sirve porque éste es demasiado ancho.

Collado El PortezueloHoy queremos llegar a Villa Traful, a orillas del Lago Traful. Aunque este lago no forma parte del circuito de los 7 lagos, según la guía, el emplazamiento del pueblo es encantador. El desvío de la ruta principal comienza con la subida del Portezuelo que superamos sin problemas. Cerca del punto más alto, ligeramente por encima de los 1000 m, todavía queda nieve de las precipitaciones de ayer. Durante la bajada el frío se hace notar sobre todo en las manos y pies, pero por lo menos sólo llueve a ratitos. A veces con suficiente intensidad como para obligarnos a ponernos los pantalones de lluvia. Cuando para nos los quitamos para evitar el esfuerzo extra de pedalear con ellos. Durante el camino entramos en el juego de quita y pon intentando adivinar la duración del chubasco para ponérnoslos antes de tener las piernas caladas.

El camino está cubierto de bosque a ambos lados y a menudo también sobre la carretera misma. Cuando se abre un claro vemos que todos los picos están completamente nevados. El paisaje, aunque gris, es precioso, sobre todo cuando llegamos a la altura del Lago Traful y lo costeamos hasta la Villa. El terreno está completamente empapado y en algunos sectores el barro y la tierra reblandecida nos dificultan el avance. Sin embargo, el viento sopla de espaldas y compensa en parte.

Al llegar a Villa Traful, empieza a oscurecer. Queríamos dormir en algún albergue pues la tienda está mojada, pero prácticamente todos los alojamientos han cerrado por esta temporada. El único que queda abierto está alquilado por la escuela del pueblo mientras reparar su edificio. La única posibilidad es acampar o pagar por una cabaña un precio de temporada alta. Finalmente montamos la tienda en el quincho de un camping, a cobijo de la lluvia. Aunque el recorrido ha sido corto, el frío y la lluvia nos ha mantenido destemplados durante horas. Como siempre en estos casos, lo primero que hacemos tras meternos en la tienda es prepararnos una infusión bien caliente mientras nos ponemos ropa seca.

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14 de Abril de 2011: De Villa Traful a Puerto Arrayanes

Normalmente nos despertamos con el repiqueteo de la lluvia sobre la tienda o con el canto de los pájaros, pero hoy es el griterío de los niños que entran a la escuela improvisada en el edificio justo al lado de nuestra tienda. Hoy sigue haciendo frío así que comenzamos nuestra rutina de preparar el desayuno desde el interior de la tienda bajo las miradas curiosas de los alumnos. Estamos convencidos que una vez entran en clase, el profesor cambia el tema del día por una clase de antropología. Les cuenta a sus estudiantes cómo lo indios aborígenes de la zona se protegían de las inclemencias del tiempo poniéndose a cubierto en tiendas de pieles de animales sujetas por palos entrecruzados. Dormían sobre ramas y pieles para reducir la humedad del suelo. Les explica que ya conocían el fuego y lo usaban tanto para calentarse como para cocinar sus comidas. Hablaban una lengua extraña (Catalán en nuestro caso) hasta que los colonizadores impusieron el español. Usaban utensilios como raspas de pescado para acicalarse el pelo y se untaban de ungüentos para protegerse de la severidad del clima. Seguro que los alumnos nos espían desde detrás de las cortinas y van creando el guión de su película. En cierto momento, y sólo con carácter educativo, estoy tentado de salir a pecho descubierto y golpearme el torso con los puños en plan gorila pero Judit me lo impide. Cuando llega la hora del recreo, nosotros estamos limpiando y engrasando las bicis. Cuando los más curiosos se acercan les hablamos en Español desmontando todas las escenas de hombre primitivos que se habían imaginado durante la clase.

Lago Traful

Finalmente, nos ponemos en marcha dispuestos a deshacer el camino de ayer hasta la ruta principal, pero tras recorrer los 14 km de costa del Lago Traful llegamos al Campamento Los Arrayanes, en la punta Oeste del lago y allí nos quedamos a pasar el resto del día. El sol luce y aprovechamos para comer en la playa pero al cabo de unos minutos ya empieza a llover otra vez. Nos pasamos el resto de la tarde encerrados en la tienda. A última hora salgo a pescar un rato. Por lo menos esta vez las truchas pican un par de veces pero por desgracia no se enganchan. Después del tirón inicial, las veo saltar fuera del agua sacudiendo la cola, no sé si doloridas por el pinchazo del anzuelo o saludándome de manera burlesca.

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15 de Abril de 2011: De Puerto Arrayanes al Lago Hermoso

Tal como indicaba el pronóstico del tiempo, hoy el cielo está medio despejado y las nubes no tienen el aspecto amenazador de los últimos días. El frío, sin embargo continúa. Según el responsable del camping, estamos a 3 grados, y ya son las 10 de la mañana.

Después de remontar El Portezuelo, recuperamos la carretera principal para recorrer los últimos kilómetros de pista y charcos. No puedo controlarme y más de un conductor se lleva mis peores insultos en varias lenguas. Uno de ellos nos increpa con el claxon mientras avanzamos un camión de obras parado en el margen derecho. Creo que mi cara de desprecio no le gustó demasiado, a decir por el derrape de sus ruedas cuando finalmente dejamos de bloquearle el paso.

Lago MachónicoEn esta zona la vegetación es algo menos densa y nos deja ver mejor los valles por los que vamos pasando, así como las montañas y los ríos que los forman. Ya estamos acostumbrados a las aguas cristalinas de las que llevamos bebiendo varios días. Quizás por eso ya no las apreciamos lo suficiente. El cielo se va destapando progresivamente hasta quedar sólo unas pocas nubes blancas e inocentes. Es muy claro cómo la percepción del entorno cambia cuando el sol calienta el cuerpo e ilumina los árboles. Por un lado estamos más receptivos al entorno, como más dispuestos a apreciarlo. Por otro, los colores brillantes de las hojas y los reflejos del agua de los arroyos sustituyen a los tonos grises que nos han estado acompañando durante los últimos días.

Hacia mediodía llegamos a la zona asfaltada de la carretera. Desde lo alto de un mirador comemos contemplando la fina lengua de tierra que separa los lagos Villarino y Falker por donde pasa la ruta y todas las crestas nevadas que los rodean. El día está tranquilo, sin viento. El agua brilla al sol. Al final podemos gozar de la ruta de los 7 lagos. Unos kilómetros más allá salimos del Parque Nacional Nahuel Huapi para entrar en el Parque Nacional Lanín. Los dos protegen esta zona tan preciosa de la cordillera andina.

Lago Machónico

Al llegar al camping del Lago Hermoso, nos lo encontramos cerrado probablemente por fin de temporada. Estamos demasiado lejos de cualquier otra zona de acampada habilitada, así que nos colamos por un agujero en la valla metálica. En este valle el viento trae el frío de la nieve de las cumbres y en cuanto el sol se esconde detrás de la cresta, es hora de meterse en casa.

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16 de Abril de 2011: Del Lago Hermoso a San Martín de los Andes

Niebla sobre el Lago Hermoso

Una niebla helada flota sobre el lago cuando nos levantamos. Cuando recogemos la tienda, la escarcha sobre la lona cruje. El frío nos ha atrapado de nuevo. Como si fuéramos sus fugitivos, atravesamos la alambrada del camping por el mismo agujero que ayer y nos ponemos en marcha en silencio. Al llegar a la carretera tenemos que parar un rato en una isla de sol para desentumecer los dedos que se nos han congelado al desmontar el campamento.

Conos volcánicos

Hacia el Oeste se ven picos cónicos que probablemente sean volcanes. Esta zona de la cordillera es conocida por los numerosos volcanes activos como el Lanín, Villarrica, Llayma, etc.  Poco a poco la niebla se va desvaneciendo y el sol nos calienta agradablemente, así que reanudamos la marcha. En el pequeño puerto que tenemos que superar para llegar a San Martín de los Andes, la escarcha todavía no se ha fundido en los márgenes de las curvas a la sombra. En algunas zonas encontramos un fenómeno que nunca habíamos visto antes y que los lugareños llaman la escarcha de clavo. Se trata de unas agrupaciones de filamentos de hielo de unos 5 cm de largo que Escarcha de clavocrecen paralelos los unos a los otros pero sin estar en contacto. A menudo, el final de cada uno está coronado por una piedrecita diminuta. Da la impresión de que durante la noche o la madrugada, el agua o humedad bajo cada una de las piedrecitas se congelara, con el consecuente aumento de volumen, y la levantara una milésima. El proceso se repite mientras la temperatura sea suficientemente baja haciendo crecer el filamento y levantando la gravilla del suelo en su torre cristalina. Los filamentos no son rectos sino ondulados, pero todos siguen la misma trayectoria dentro de su grupo, así que no llegan a hacer contacto. Con el calor de los dedos se funden inmediatamente y la gravilla cae desde su pedestal helado al suelo. Cuando los primeros rayos de sol empiezan a iluminarlos, por toda la ladera de la cuneta se ven minúsculos aludes de gravilla.

La cima del puerto está marcada por el Arroyo Partido. Éste tiene la particularidad de separarse en dos corriente en este punto. Una de ellas desemboca en el Océano Pacífico mientras que la otra viaja hasta el Atlántico. Desde este punto, la carretera baja continuamente hasta San Martín. El último tramo discurre paralelo al Lago Lácar, a cierta altura del agua ofreciendo una buena vista de la población.

Lago Lácar

Hoy San Martín está super agitado con la celebración de una competición deportiva. Los corredores de la carrera de 10 Km están llegando a la meta mientras entramos en un restaurante a deleitarnos con un estofado de ciervo. Al salir del restaurante, los primeros en completar la maratón arriban a la meta. Cuando ya es completamente oscuro y a pesar de la lluvia los supervivientes de la distancia de 84 Km llegan destrozados mientras el público y el comentarista les animan en los últimos metros hasta la meta. 84 Kilómetros!! Todos merecen premio.

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