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La Quebrada de Humahuaca es uno de los destinos obligatorios en el NOA (NorOeste Argentino). Ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad, tanto por su valor paisajístico como por los hallazgos arqueológicos. Las localidades de Purmamarca y Maimará exhiben formaciones geológicas de postal como el Cerro de los 7 colores. En Tilcara se ha reconstruido un pucará de los pobladores anteriores a los incas y a los conquistadores.

Índice de esta etapa:

24 y 25 de Junio de 2011: De Jujuy a Purmamarca (Perfil)
26 de Junio de 2011: De Purmamarca a Tilcara (Perfil)
27 de Junio de 2011: De Tilcara a Humahuaca (Perfil)
28 de Junio de 2011: Humahuaca

 

Perfil de la etapa:


Perfil de la etapa

 

24 y 25 de Junio de 2011: De Jujuy a Purmamarca

Salimos de la capital jujeña por la antigua carretera evitando así el tráfico de la nueva. La ruta que nos llevará hoy hasta Purmamarca es frecuentada por autobuses que circulan hasta La Quiaca, donde se encuentra la frontera con Bolivia. Este es un factor a tener en cuenta pues el respeto de los conductores de autobuses por los ciclistas es cero. Alguno de ellos casi nos provoca un ataque de corazón al adelantarnos.

Pared erosionada

En el recorrido de hoy ya empiezan a verse las formaciones geológicas que han hecho famoso este valle. El alzamiento de Los Andes ha dotado a esta zona de cerros y laderas con caprichosas coloraciones. Sin mucho más que relatar llegamos a Purmamarca, un pueblito archifamoso por su Cerro de los 7 Colores. Después de instalarnos en el camping La Reliquia nos damos una vuelta por el pueblo. El viento es helado y pronto nos refugiamos en un restaurante para cenar. Y aún vamos más rápido del restaurante a la tienda.

A la mañana siguiente, Judit no se encuentra bien, probablemente debido a la cena de ayer, así que nos quedamos en el camping. Prácticamente se pasa el día durmiendo mientras se recupera y yo aprovecho para escribir alguno de los relatos atrasados.

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26 de Junio de 2011: De Purmamarca a Tilcara

Cerro de los 7 colores

Judit ya se encuentra recuperada y reanudamos la actividad. Comenzamos con la subida a la cresta al otro lado de la carretera para tener una panorámica del Cerro de los 7 Colores. Se asciende por una senda de pendiente fuerte donde la lluvia ha creado regueros profundos. Desde arriba se tiene una vista espectacular del pueblo, el famoso cerro y también del Paseo de los Colorados que pasa por detrás. Realmente la panorámica es espectacular; parece puesto ahí simplemente para hacer bonito. Las bandas de colores se extienden más allá del propio promontorio, hacia elevaciones cercanas. Más a la izquierda los mismos estratos quedan expuestos de manera muy llamativa aunque un poco escondidos desde donde estamos. Para verlos bien hay que hacer el recorrido de Los Colorados, al cual nos dirigimos a continuación.

Paseo de los Colorados

Judit y Cèsar en El Paseo de los ColoradosBajamos hasta el camping y cogemos las bicis. El recorrido es hermoso. Haciéndolo en sentido antihorario, comienza dejando el Cerro de los 7 Colores a la izquierda y otro más bajo a la derecha, que aunque muestra menos variedad cromática, tiene formaciones curiosas debidas a la erosión. El camino sube un poco hasta llegar a un collado, desde donde se descubre la zona que nos quedaba oculta desde el mirador. Esta vista es increíble. En primer plano hay una barrera rojiza con múltiples y profundas acanaladuras. Detrás, los estratos que han hecho tan famoso al 7 Colores se replican por una sucesión de aristas hasta el horizonte. El lugar es realmente único. De vuelta hacia el pueblo, un caminante nos fotografía. Como no tenemos fotos de los dos pedaleando paramos a pedirle que nos envíe una copia. Así conocemos a Senén, un gallego-asturiano que anda recorriendo Sudamérica. Al cabo de unos días nos ponemos en contacto y muy amablemente, nos envía la foto que veis aquí. En la plaza de Purmamarca el mercado de artesanías ya está montado y los turistas ya pululan de puesto en puesto.

Después de este par de excursiones cortas, nos ponemos en marcha hacia Tilcara. De camino paramos en Maimará, donde hay otra formación estratificada multicolor bien curiosa. En este caso la ladera de la sierra muestra diferentes capas en forma de arcos unos al lado de otros.

Maimará

Nuestra última visita del día es en Tilcara. En la colina al sur del pueblo han reconstruido la fortaleza que el pueblo indígena utilizó para resistir primero a los incas y después a los españoles. La verdad es que podrían haber hecho un trabajo mejor. En la cima han construido una pirámide en honor a los arqueólogos que trabajaron en el lugar que nada tiene que ver con la cultura del pueblo que habitó aquí. La necrópolis al pie de la loma es interesante, pero como al resto del sitio le faltan paneles explicativos que realmente aporten algo de información interesante.

Mercadillo de PurmamarcaEl clima sigue siendo helado. La ola de frío polar sigue afectando toda la parte Sur de Sudamérica y una vez se pone el sol, hay que buscar cobijo. Bajamos a toda velocidad hacia el pueblo y buscamos un sitio para cenar. Después nos vamos casi corriendo al camping donde nos preparamos para otra noche gélida.

 

 

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27 de Junio de 2011: De Tilcara a Humahuaca

ErmitasAntes de continuar el camino hacia Humahuaca visitamos un par de museos en Tilcara. El primero es el antropológico que contiene una buena colección de restos de varias culturas de la quebrada. El segundo, más que un museo es un almacén. Un anciano guarda las “ermitas”. Una ermita es una especie de cuadro que en lugar de pinturas usa flores secas para representar un motivo religioso. Unos de los temas más recurrentes es el de los Ángeles Arcabuceros, que una vez más se aparecen en nuestro camino. El anciano nos cuenta cómo algunas familias se reúnen por las tardes a confeccionarlos antes de la Semana Santa, para tenerlos listos para su estación durante la procesión de Semana Santa.

 

 

 

Cruzando el Trópico de CapriocornioUno de los puntos de interés de la ruta de hoy es el cruce del Trópico de Capricornio. Al borde de la carretera hay un monumento gigante que parece un reloj de sol, pero aparte de la señal de tráfico, no hay ningún letrero explicativo. Unos kilómetros más adelante llegamos finalmente a Uquía. En su iglesia están expuestos los cuadros originales de los Ángeles Arcabuceros. Cuando llegamos, las puertas de la iglesia están cerradas y nos cuesta cierto trabajo encontrar a Agapito, la persona que las custodia. Estamos fuera de horario por poco. Si no hubiéramos pinchado hace una media hora, hubiéramos llegado a tiempo. Agapito entiende nuestras limitaciones de movilidad y nos hace el favor de abrirnos las puertas de la iglesia para poder ver esta colección tan peculiar. La historia detrás de ella es la siguiente. Los sacerdotes de Cusco encargaron a los artistas indígenas que pintaran una colección de ángeles. Evidentemente, los indios no tenían ni idea de qué era un ángel. La respuesta a su pregunta fue algo así como: un ángel es como nosotros pero con alas, con las alas más hermosas que podáis imaginaros. Por “nosotros” los indígenas entendieron los conquistadores y su interpretación fue que un ángel es un soldado español del siglo XVI con alas. Así pintaron soldados con espadas, lanzas y arcabuces. Las alas más hermosas que los indígenas conocían eran las de los flamencos de las lagunas del altiplano y de ahí que las que están en las obras sean rosadas. La colección de Uquía no es la única, pero sí la que tiene lienzos más grandes. De los 9 ángeles iniciales sólo se conservan 8. Por fin hemos podido ver con nuestros propios ojos estas obras de arte que se nos vienen anunciando desde los valles calchaquíes, cientos de kilómetros más al Sur.

Después de la rápida visita proseguimos nuestra ruta hasta Humahuaca, casi a 3000 metros sobre el nivel del mar. Llegamos poco antes de que se ponga el sol, así que, después de instalarnos en acogedor Hostal La Soñada, sólo tenemos tiempo de dar una vuelta rápida por las calles empedradas de Humahuaca antes de que el frío intenso nos obligue a regresar al hostal. Parece que la ola de frío polar tiene intenciones de mantenerse por unos días más.

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28 de Junio de 2011: Humahuaca

Monumento a la independenciaHumahuaca es un pueblecito con encanto. Sus calles están adoquinadas y sus fanales amarillos le dan un aire novelesco que inspira historias de conspiraciones indígenas. Algunas callejuelas de menor entidad están a oscuras, y la combinación de luces y sombras, junto al perfil escurridizo de las cholas desapareciendo en esquinas lejanas, todavía incentiva más la imaginación. El monumento más destacable, y dominando la ciudad desde un cerro al que se accede a través de unas escalinatas que salen de la plaza central, es el monumento a la independencia. El dinamismo y la fuerza que transmiten sus representaciones son intensos. A parte de la figura altiva y central del indio, ambos laterales están grabados con escenas belicosas.

 

 

Cabildo de HumahuacaEn la plaza, el Cabildo y la iglesia de la Candelaria. A parte del interés arquitectónico del edificio  del Cabildo, el interés turístico radica en la actuación estelar de San Francisco Solano, autómata que cada día, a las 12:00 pm, bendice a la audiencia. La iglesia la hemos tenido que visitar casi corriendo ya que uno de los cuidadores que en ese momento estaba barriendo el exterior se ofreció a hacernos una visita rápida entrando por la eucaristía, a pesar de que el párroco nos mintió diciendo que el acceso no era posible debido a que la persona que disponía de las llaves no estaba (en fin... creo que nunca aprendió el octavo mandamiento). Si tan solo nos hubiera dicho que las visitas tenían horario, no hubiera hecho falta mentir.

Visitamos el mercado un par de veces para comprar verduras y queso para la cena. Por la tarde sólo alguna paradas están abiertas, pero por la mañana hay más bullicio, especialmente alrededor del mercado donde se venden otros productos en paraditas instaladas a lo largo de la antigua vía de tren.

Aunque el pueblo dispone de infraestructura turística, de todos los que hemos visitado en la quebrada, Humahuaca es el que más conserva el carácter local.

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