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Estando en San Juan se nos estropea nuestro iWap-23, el cargador universal de baterías que llevamos. Con él cargamos las baterías de la cámara Nikon, de la Fujifilm 3D, de los frontales y del GPS. Hasta ahora ha funcionado de maravilla y nos ahorra acarrear con los cargadores individuales de cada una de las cámaras y otro adicional para las pilas AA y AAA. Sin el iWap estamos perdidos. Llamamos al servicio técnico en Estados Unidos y la decisión es comprar otro y retornar el que tenemos que todavía está en garantía. El envío va a tardar unos 5 días, así que les damos la dirección del hostal en Tucumán donde nos alojaremos. Teníamos pensado coger un bus hasta Tucumán hoy mismo, pero como esa ciudad no tiene mucho interés, vamos a aprovechar mejor el tiempo visitando dos parques cercanos a San Juan: Ischigualasto y Talampaya (éste último en la provincia vecina de La Rioja). Parece que nuestro sino era visitarlos, en contra de nuestra decisión después de darle muchas vueltas. Estos parques se encuentran a unos 320 km al Norte de San Juan y como ya comprobamos en la etapa anterior, el paisaje de estas provincias no es demasiado interesante, excepto lugares puntuales. Así que habíamos resuelto tomar el bus y prescindir de ellos. El destino nos ha favorecido pues los dos son espectaculares, especialmente el Talampaya.


1 de Junio de 2011: Parque Provincial Ischigualasto

Santuario de la Difunta CorreaAlquilamos un coche en San Juan y nos encaminamos hacia Ischigualasto, en la frontera Nordeste con La Rioja. De camino pasamos por el santuario de la Difunta Correa. Se trata de un punto de peregrinación parecido al de la Virgen de Lourdes en Francia. Una vez al año, varias agrupaciones de gauchos realizan el trayecto a caballo desde sus ciudades hasta este punto. Incluso han construido un carril bici paralelo a la carretera para peatones y ciclistas. El carril bici es de lujo, asfaltado, con líneas pintadas y señales de cambio de rasante. Por supuesto, las autoridades gobernantes no desperdician la oportunidad de dejarse ver y recordar a todos lo bien que lo están haciendo en el poder. Alrededor del santuario existe todo un montaje para los devotos, desde grandes zonas de aparcamiento a restaurantes y puestos donde comprar todo tipo de objetos de culto. Evidentemente, no falta la Iglesia para las celebraciones religiosas.

Santuario de la Difunta CorreaEl santuario está en un recinto vallado que incluye varias capillas pequeñas. Las paredes de la capillas están recubiertas de placas firmadas por los creyentes agradeciéndo a la Difunta Correa la concesión de sus peticiones. En el interior de las capillas se encuentran todo tipo de objetos, estatuillas, fotografías y escritos relacionados con los favores concedidos. Entre los más curiosos figuran matrículas de coches, trofeos de competiciones, maquetas de casas y hasta un motor de camión. Para leer sobre la historia de la Difunta Correa, ve a nuestro relato del Parque Provincial Aconcagua.


La carretera provincial que lleva hasta Ischigualasto pasa por pueblecitos esparcidos por el Valle Fértil. No es que este valle sea un vergel, pero comparado con la aridez de otras zonas de la provincia podría llamársele así. El paisaje está compuesto por arbustos y algarrobos. Empieza a oscurecer y conducir se hace cada vez más peligroso. No por el tráfico rodado que es prácticamente inexistente, sino por los animales sueltos que habitan la zona. Vemos de todas las especies: zorros, vacas, cabras, caballos, perros… Por fin llegamos a San Agustín donde acampamos.

Valle de la LunaHacia mediodía del día siguiente llegamos al centro de visitantes del parque y aguardamos hasta que se forma la caravana de vehículos que seguirá al coche del guía por un recorrido establecido, con un número determinado de puntos donde se para y escucha sus explicaciones. Se supone que este sistema sirve para conservar el frágil entorno, pero no da ninguna flexibilidad para explorar el lugar en función de los intereses personales. El parque es famoso por las formaciones rocosas producidas por la erosión a las que se les han dado nombres sugerentes como El Gusano, El Submarino, El Hongo, etc. Sin embargo, la más conocida, y que llega a reemplazar el verdadero nombre del parque, es El Valle de la Luna. Tanto las formaciones de arenisca compactada como los estratos de diferentes colores del Valle de la Luna son espectaculares. Otra de las formaciones curiosas que se encuentran son unas rocas de forma esférica casi perfecta concentradas en la Cancha de Bochas.

Cancha de Bochas

El Submarino

ZorroEl parque alberga una gran concentración de restos fósiles, algunos de los cuales se muestran en un pequeño museo. Entre las piezas más destacadas se halla un esqueleto de Herrerasaurus Ischigualastensis. De hecho, el parque fue declarado Patrimonio de la Humanidad por tratarse de un libro abierto para geólogos y paleontólogos. A lo largo de su extensión se encuentran estratos de 4 de las 7 fases del periodo triásico, el primero de la era mesozoica (ver tabla de edades geológicas). Esto lo convierte en un lugar único en el planeta. Más allá de la frontera del parque, ya en la provincia de La Rioja continúa el sitio natural patrimonio de la humanidad con el resto de las etapas, pero ya dentro de los límites del parque Talampaya, nuestra próxima visita.

GuanacosDurante el recorrido en coche se nos cruzan un par de rebaños de guanacos y algún zorro, habitantes habituales del lugar.

 

 

 

 

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