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Al final de la etapa anterior cruzamos la frontera entre el Parque Nacional Nahuel Huapi y el Lanín. En este breve relato de solamente 2 días os contamos cómo atravesamos el Parque Lanín para llegar a la frontera con Chile.

 

Índice de esta etapa:

18 de Abril: De San Martín de los Andes a las Termas Lahuen Co (Perfil)
19 de Abril: 19 de Abril de 2011: De las Termas Lahuen Co a Coñaripe (Perfil)

 

18 de Abril de 2011: De San Martín de los Andes a las Termas Lahuen Co

Lago CurruhuéSalimos de San Martín en dirección hacia Junín de los Andes. A la salida del pueblo, dejamos la carretera asfaltada y tomando una pista de tierra que nos llevará al Lago Lolog. Las primeras cuestas de esta pista son fuertes, pero una vez superadas, avanzamos rápido gracias al buen estado de la pista y la suavidad de las ondulaciones. El camino bordea una parte del lago para después girar al Nordeste y dar paso a un terreno más seco. En esta zona de estepa, la mayor parte del terreno está despejado de árboles. Sólo a orillas de los ríos se ven zonas frondosas. Al cabo de unos kilómetros el camino gira 90 grados para dirigirse directamente hacia la cordillera en dirección Nordoeste. En esta segunda fase del itinerario de hoy se ve una progresión hacia bosques húmedos dejando atrás la estepa. Al llegar al Lago Curruhué Chico el paisaje empieza a ser de tipo alpino con picos nevados. Pero es cuando llegamos al Lago Curruhué que nos damos cuenta que ya estamos metidos en el corazón de la cordillera. El lago es muy estrecho y alargado, siguiendo el valle que forman las crestas paralelas a ambos lados. Los bosques son más tupidos y poco a poco cada vez más húmedos. Los helechos y el bambú cada vez son más abundantes. Afortunadamente, hoy tenemos un día soleado y podemos disfrutar de toda esta exuberancia sin mojarnos.

Cèsar pedaleando en el P. N. LanínAl principio del Lago Curruhué hay un pequeño bosque de Araucarias, un árbol emblemático en la zona. Algunos ejemplares viven más de 1000 años y por su aspecto unos diría que son prehistóricos. Y hay buenas razones para pensarlo, pues ya existían cuando Sudamérica, África, la Antártida, India y Madagascar se separaron del supercontinente Gondwana hace algunos cientos de millones de años.

 


 

Lago EpulafquénLa pista que rodea este lago es una gozada en un día como hoy. La mayoría del tiempo pedaleas bajo un manto de vegetación que te rodea por todos lados. El bosque es tan frondoso que si miras arriba no puedes ver el cielo. Sin embargo, ves diferentes tonos de verdes, desde los más oscuros en las ramas más cercanas hasta un verde chillón en las que están iluminadas directamente por el sol arriba de todo. De vez en cuando se abre un claro a nuestra derecha que nos deja ver el lago y la ladera de la montaña en la orilla opuesta, igual de tupida que esta. La pista hasta el hito fronterizo es una sucesión de lagos y lagunas. Después del Curruhué viene la Laguna Verde, para cambiar de valle y toparnos con el Lago Epulafquén. Una curiosidad que se encuentra aquí es el río de lava de unos 4000 años de antigüedad que viene de un volcán cercano y llega hasta su orilla. El paraje es surrealista. Después de atravesar kilómetros y kilómetros de bosque sin ver el sol aquí tenemos este cortafuegos natural que parte el bosque en dos por medio de un terreno escabroso de piedras volcánicas afiladas que la vegetación no ha sido capaz de reconquistaro desde la erupción.

Lengua de lava

Nuestra intención es acampar antes del collado de la frontera para atacarlo mañana. Sin embargo, ya hemos pasado las  áreas de acampada habilitadas y en la casa del guardaparques no hay nadie para preguntar. Unos cientos de metros más allá están las Termas de Lahuen Co y nos acercamos a preguntar si nos dejan plantar la tienda en su terreno. Como ya nos esperábamos, no podemos y nos recuerdan que está prohibido acampar fuera de áreas habilitadas para ello. O sea, la única opción que tenemos es dormir en el alojamiento de las termas a pesar del alto precio. Sara y Gustavo nos intentan convencer para que nos quedemos, adornando todas las prestaciones que el centro ofrece y al final lo consiguen aunque nos limitamos a la alternativa más económica. En resumen, nos vemos forzados a bañarnos en las piscinas al aire libre con agua sulfurosa a unos 37 grados mientras se pone el sol tras la cordillera, ponernos albornoz después de la ducha y dormir en una cama mullida con edredón de pluma en una habitación calentita. ¡Ah! Y consultar el correo electrónico a través de la red Wi-Fi del restaurante en medio de los Andes. Hombre, pues no está mal como final de etapa.

 

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19 de Abril de 2011: De las Termas Lahuen Co a Coñaripe

Termas de Lahuen Co al amanecer

 

Nubes estrañasEl desayuno que Ana María nos prepara es espectacular. Ella lo prepara todo con recetas caseras, desde las galletas de avena y el pastel de manzana, al yogurt y las mermeladas. Y por supuesto el pan, esas tostadas calentitas que no para de traernos. Yo creo que nos ve hambrientos y sabe la subida que nos toca para el día de hoy hasta el hito fronterizo. La pareja de uruguayos que comparte el desayuno con nosotros se levantan a repetir un par de veces como máximo. Nosotros hacemos varios, para ser honesto habría que decir muchos viajes al buffet donde están los manjares. Espero que ni Sara ni Ana María los contaran… Repletos como bolas nos ponemos en marcha y excepto por un par de cuestas cortas, el trayecto hasta el hito es fácil. La frondosidad del bosque nos oculta cualquier vista, pero en una zona más despejada, entre ramas podemos ver el volcán Lanín.

Judit bajando hacia LiquiñeLa bajada desde el cruce de la cordillera hasta las proximidades del pueblo de Liquiñe es fantástica. Al principio la pista es mala y no podemos correr demasiado por los rebotes que el portapaquetes sufre con el peso de las alforjas. A partir del retén de Carabineros donde formalizamos la entrada a Chile, el camino mejora sustancialmente. Además, el inspector del SAG (Servicio Agrícola y Ganadero) nos ayuda a desplazar peso de las alforjas a nuestros estómagos. Resulta que como ayer cenamos en el restaurante de las termas, no nos comimos los aguacates, la zanahoria, la manzana, ni el queso que teníamos previsto como cena. Ninguno de estos productos puede ingresarse en Chile así que tenemos dos opciones: o nos los requisan o nos lo zampamos. Ya son algo más de las 12, hora perfecta para sentarse al sol en las escaleras del retén y disfrutar de una comida mucho más generosa que de costumbre. Creemos que el inspector estaba interesado en nuestro queso, pero los 400 gramos han caído sin problemas. Con los carrillos llenos por los últimos bocados nos lanzamos pendiente abajo con un extra de energía que no necesitaremos en muchos kilómetros.

Casa de troncos huecosDespués de unos 15 km de bajada ininterrumpida los frenos están que casi echan humo. La panorámica en el lado chileno no es comparable al lado Argentino. El valle por el que circulamos es bastante encajonado y las montañas nos bloquean cualquier vista de los volcanes de los alrededores. Sólo se abre al llegar a Liquiñe pero para entonces el cielo ya está gris y ahora son las nubes las que impiden ver los volcanes Villarrica y Quetrupillán. Y es que ya estamos al otro lado de la cordillera y ya se sabe, aquí llueve casi cada día y hoy no va a ser diferente. La pista después de Liquiñe está en mantenimiento y los cantos rodados sueltos resultan un martirio. Por fortuna los últimos kilómetros hasta Coñaripe están asfaltados.

Hoy queríamos llegar hasta las termas en la falda del Villarrica, a unos 14 km de Coñaripe. Aunque sabemos que no llegaremos antes de que oscurezca, empezamos la subida. Tras unos 4 km la lluvia se intensifica y nos damos la vuelta para volver al pueblo y buscar un hospedaje. La dueña nos ayuda a organizar un transporte para subirnos hasta las termas mañana por la mañana. No es que seamos holgazanes, es que se acerca una tormenta que caerá en un par de días y mañana tenemos que llegar a Pucón para que no nos pille. Pero eso es parte del siguiente relato.

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